La constelación Libra no resulta fácil de ver en el cielo. Antaño se hallaba unida a Escorpio, un error comprensible a partir de los nombres de sus estrellas principales: Zubeneschamali —o «pinza boreal»— y Zubenelgenubi —«pinza austral»—, que hacen referencia a la antigua constelación de Escorpio. Estas dos estrellas corresponden hoy a las balanzas de Libra.
Una vez separada de la constelación de Escorpio, Libra representa y se asocia hoy a la Virgen. Se trata de una figura femenina que sujeta una báscula, lo que para los antiguos romanos representaba el equilibrio entre las constelaciones a medida que el Sol recorría sus estrellas durante el equinoccio de otoño.
La constelación de Libra no alberga muchos objetos de cielo profundo. El único que cabe mencionar es NGC 5897, un cúmulo globular que dista algo menos de 39.000 años luz del sistema solar. Se trata de uno de los cúmulos más disjuntos de la Vía Láctea.